jueves, 6 de noviembre de 2008

Doctrina de la IAFCJ

Nuestro Credo

Creemos que hay un solo Dios que se ha manifestado al mundo de distintas formas a través de los tiempos y que especialmente se ha revelado como Padre en la creación del universo, como Hijo en la redención de la humanidad y como Espíritu Santo derramándose en los corazones de los creyentes; creemos que Jesucristo nació milagrosamente de la virgen María por obra del Espíritu Santo; creemos que en Jesucristo se mezclaron en una forma perfecta e incomprensible los atributos divinos y la naturaleza humana.

Creemos en el bautismo del Espíritu Santo, prometido por Dios en el Antiguo Testamento y derramado después de la glorificación del Señor Jesucristo, que es quien lo envía; creemos en la Resurrección literal de nuestro Señor Jesucristo que se efectuó al tercer día de su muerte; creemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo es una, universal e indivisible, formada por todos los hombres sin distinción de nacionalidad, idioma, color o costumbre que hayan aceptado a nuestro Señor Jesucristo como único Salvador y hayan sido bautizados en el cuerpo por el Espíritu Santo.

Creemos en la separación del Estado y la Iglesia y que ninguno debe intervenir en los asuntos internos del otro; creemos que el sistema que la Biblia enseña para la obtención de fondos, es el de diezmos y ofrendas, y que debe ser practicado por ministros y creyentes igualmente; creemos que el Ministerio es un llamado de Dios y que el Espíritu Santo confiere a cada ministro la facultad de servir a la Iglesia en distintas capacidades y con distintos dones, cuyas diferentes manifestaciones son para la edificación del cuerpo de Cristo.

Creemos en el Bautismo en agua, por inmersión y en el nombre de Jesucristo, el cual debe ser administrado por un ministro ordenado: creemos en la Comunión, la práctica literal de la Cena del Señor, que Él mismo instituyó; creemos que el Matrimonio es sagrado pues fue establecido desde el principio y es honroso en todos; creemos que Dios tiene poder para sanar todas nuestras dolencias físicas, si así es su voluntad; creemos en la Santidad, es decir, que todos los miembros del Cuerpo de Cristo deben ser santos, apartados del pecado y consagrados al servicio de Dios.

Creemos, a la luz de la palabra de Dios, que hay Pecado de muerte y que si éste es cometido en los mismos términos que expresa la Biblia, se pierde derecho a la salvación; creemos que habrá una Resurrección literal de los muertos en el Señor, en la cual serán revestidos con un cuerpo glorificado y espiritual, con el cual vivirán para siempre en la presencia del Señor; creemos que la Iglesia de los muertos en el Señor y los fieles que estén sobre la tierra en el momento del Rapto, será levantada para ir a encontrar a su Señor en los aires y participar en las bodas del Cordero. Después vendrá con el Señor Jesucristo para hacer juicio de las naciones y reinar con Cristo mil años; creemos que hay un Juicio preparado en el cual participarán todos los hombres que hayan muerto sin Cristo y los que estén sobre la tierra en el tiempo de su verificación.

Fragmentos tomados de la Constitución de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, A.R.